Mujer - Diosa
Cada Mujer es
una Diosa, así como la energía femenina era la fuerza dominante en la tierra,
antes de las religiones, y que la fuerza masculina se impusiera, relegando,
humillando a la energía femenina, pasar del matriarcado al patriarcado produjo
un trauma en la memoria de la tierra y una cicatriz profunda en nosotros; así
como todos estamos ligados a la conciencia colectiva de la tierra, hoy son
muchas las mujeres que vuelven a los antiguos rituales que las unen con su
diosa interior, creando sus propios altares con objetos personales, que las
haga sentir bien con ellas mismas y puedan sacar la diosa que llevan dentro,
así como ancestralmente, las mujeres se reunían en ceremonias secretas, para
adorar a su Diosa, hoy la Mujer vuelve a su esencia y en su búsqueda interior
cada una de esas Mujeres - Diosas esta representada por un elemento y un color.
Reconocer
nuestra Diosa, como Mujer es el primer paso para curar nuestras heridas
internas, sanar desde nuestro interior hacia nuestro exterior.
Las Mujeres –
Diosas fueron por mucho tiempo victimas de abuso físico, humillación,
discriminación, consideradas un elemento decorativo, sin derechos y más, todas estás actitudes hicieron que las Mujeres
se volvieran sombras de lo que eran, comenzando a guardar rencor y dolor en su
ser, hasta enfermar su cuerpo físico,
espiritual y mental, las enfermedades son el resultado de tantos años donde la
Diosa se mantuvo oculta.
Cada Mujer –
Diosa guarda dentro de ella una diosa oscura, que abandona el camino que se le
había asignado, para generar energías destructoras hacia la energía masculina y
su propia energía creativa; la Mujer – Diosa destruye para crear una nueva
mujer desde sus experiencias negativas.
Cuando la
Diosa es reconocida por la Mujer, las energías masculinas y femeninas se
reconcilian, eliminando cada una de ellas su rol de victimas y dejan de estar
enfrentadas, se abrirá una nueva puerta, donde la sabiduría, la creación, la
ciencia y la espiritualidad se unirán.
Todo este
proceso de sanación interna, descubriendo a su Diosa, cambiará sistemas de
pensamientos arcaicos con los que fuimos criadas y que traemos en nuestro ADN,
la rivalidad, los celos, la envidia hacia las propias mujeres y los hombres, la
relación entre madre –hijo, los vínculos materiales, nos guiará hacia los
orígenes de las relaciones humanas.
Cuando cada
Mujer conciba a su Diosa, se perfeccionara su principio femenino y su interior,
en este proceso de curación se liberan las impurezas emocionales, desde los
recuerdos guardados en la memoria emocional, es el momento de liberar y hacer
nacer a nuestra Diosa.